• Exhiben piezas y fotografías de la restauración del templo de San Francisco de Asís, considerado como una joya arquitectónica
• Restaura Administración de Mariela Gutiérrez iglesia franciscana de 430 años de antigüedad
En el municipio de Tecámac, este martes se inauguró la exposición “Testimonio de un Pueblo, San Francisco Cuautliquixca”, con fotografías de la restauración de la histórica parroquia de la localidad y en la que se exhiben piezas arquitectónicas con una antigüedad de 430 años.
Como parte de los festejos patronales de este lugar, en honor a San Francisco de Asís, en el pueblo del mismo nombre (que es uno de los 12 pueblos originarios de Tecámac) las autoridades municipales instalaron la muestra en el auditorio de la localidad, donde estará las próximas semanas.
La iglesia de San Francisco de Asís es restaurada ante la preocupación de la presidenta municipal, Mariela Gutiérrez Escalante, de rescatar las joyas culturales de este territorio, como parte del respeto a la memoria histórica de Tecámac.
Las imágenes en exhibición son un fiel testimonio del proceso de restauración que se ha llevado a cabo desde hace varios meses, sobre todo de la reparación del campanario y las bóvedas, que conservan aún su riqueza arquitectónica, a pesar de sus casi 500 años de construcción.
La Presidenta Municipal Gutiérrez con autorización del Cabildo destinó recursos para rescatar este monumento de principios del virreinato, con la que su administración protege la memoria histórica de los pueblos originarios de Tecámac que son monumentos de invaluable valor cultural.
El templo religioso tiene una particularidad: además de la fecha en que fue construida en el año de 1592, es la única en todo el municipio que tiene su campanario en el lado derecho (cara sur), lo cual le da una distinción, no sólo por la arquitectura en general.
Es un campanario labrado totalmente en piedra y completamente por mano indígena, bajo la orden religiosa de los Franciscanos. Fue la única iglesia que edificaron en este territorio.
En la comunidad, además de continuar los festejos religiosos y paganos, se alade el cultural.