Para conmemorar el “CXXIV Aniversario Luctuoso de Felipe B. Berriozábal Basabe”, el presidente municipal, David Sánchez Isidoro y el comisario, Armando López Arteaga montaron guardia de honor y depositaron una ofrenda floral a los pies de la estatua del general.

Norma Teresa Acevedo Miguel, síndico municipal dio una reseña histórica sobre la vida del general Felipe Benicio Berriozábal Basabe, en la que destacó que fue un dedicado político, militar e ingeniero mexicano que en su honor, Coacalco lleva su nombre.

Agregó, que Felipe Berriozábal nació el 23 de agosto de 1829 en el estado de Zacatecas, y que a pesar de haber perdido a sus padres a temprana edad, se esforzó e ingresó a la escuela Nacional de Ingenieros; sin embargo, en 1847 tuvo que posponer sus estudios para luchar en la guerra con Estados Unidos, logrando graduarse dos años más tarde.

Además de su carrera militar y política, sus éxitos más notables como ingeniero fueron el levantamiento de los planos del los estados de México y Tlaxcala.
Señaló, que de ideas liberales, también participó en la Guerra de Reforma y que en 1860 ascendió a general de brigada, nombrándosele gobernador y comandante del Estado de México.

En 1862 firmó el decreto de creación del municipio de Coacalco y posteriormente su apellido se integraría al nombre oficial de la demarcación.

Asimismo, destacó que Coacalco de Berriozábal es uno de los 125 municipios que conforman al Estado, tierra de importante legado histórico y valioso tesoro cultural e identidad para los coacalquenses.

Enfatizó, que Coacalco es un municipio de gente buena, honesta y trabajadora, y siguiendo el ejemplo del General, dijo que la administración municipal seguirá promoviendo el desarrollo de la localidad, a fin de continuar entregando resultados que se notan.

En la ceremonia cívica, el alcalde Sánchez Isidoro estuvo acompañadon de integrantes del cuerpo edilicio y de servidores públicos, así como de la presidenta del DIF municipal, María de Lourdes González Ocampo.

Felipe Berriozábal falleció el 8 de enero de 1900 en la Ciudad de México y sus restos descansan en la rotonda de los hombres ilustres que han contribuido a la riqueza cultural, científica, literaria, cívica y política del país.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *